La pieza de caza

Dasowe esperó a que la leña ardiendo bajase la llama hasta convertirse en brasa intensa, que repartió homogéneamente. Entre Manuwai y él colocaron grandes piedras encima.

La pieza de caza estaba ya limpia, sobre hojas de platanero. Mientras las piedras se calentaban, Manuwai cavó un hoyo grande en la arena, mientras él envolvía la pieza en hojas de platanero y la ataba, para no perder el jugo de la cocción.

Forraron el hoyo con hojas de plátano, las piedras calientes al fondo, encima la pieza de caza, más hojas de plátano, cubriéndolo todo, y taparon el conjunto con arena. Unas horas y la pieza estaría lista.

-¡Kiteni, prepara salsas y el pan!-, grito a su mujer.

Cuando creyó que ya estaba, empezó a cavar, despacio…

-Pero, Dasowe, no está todavía…

-Claro que está.

-Pero yo lo prefiero bien hecho.

-Pues a mí la carne de explorador me gusta al punto.